Transmodernidad
Por: Yolimar K.
Suárez L.
Junio, 2014.
Transmodernidad, palabra compuesta por
el prefijo "tras" ó su variable "trans" y la palabra
modernidad. Este prefijo puede significar al
otro lado, a través de, que atraviesa y más allá; otorgando
cada una de estas acepciones su sentido a este concepto.
El término
Transmodernidad, sale en circulación, por primera vez en 1989, en
el libro La Sonrisa de Saturno escrito por la
filósofa española Rosa María Rodríguez Magda, afirmación realizada por la misma
autora en escritos posteriores, un ejemplo de ello en el artículo Transmodernidad:
La Globalización como totalidad transmoderna, publicado en la
revista Observaciones Filosóficas N°4 en el año 2007.
Para Rodríguez (1989) la
Transmodernidad es una época que asume elementos de la modernidad y
postmodernidad en su síntesis y su reflejo. "La Transmodernidad prolonga, continúa
y transciende la Modernidad, es el retorno de algunas de sus líneas e ideas, a caso
las más ingenuas, pero también las más universales." (p. 141)
Para esta autora la
Transmodernidad es nuestra realidad, es como una etapa abierta que designa el
presente, que intenta recoger en su mismo concepto la herencia de los
retos abiertos de la Modernidad tras la quiebra del proyecto ilustrado.
(ob. cit.)
Otro pensador que luego
de 1989 se refiere o utiliza el término Transmodernidad es el filósofo
argentino y nacionalizado mexicano Enrique Dussel, quien lo ubica en el
contexto de la filosofía de la liberación y la indagación sobre la identidad
latinoamericana. Dussel hace referencia al proyecto de liberación social y
cultural común a todos los países de
la periferia mundial por lo que define las Teorías Transmodernas como aquellas que, proceden del tercer mundo, y
que reclaman un
lugar propio frente a la Modernidad occidental.
Lo que sí es cierto que en estas
posturas sobre la Transmodernidad, el prefijo trans connota no sólo
los aspectos de transformación, sino también la necesaria transcendencia. Por
tanto, se está ante la presencia de un nuevo paradigma, que implica al presente
como la era de la hiperrealidad, es decir, una época enfrentada a distinguir la
realidad de la fantasía, especialmente en las culturas tecnológicamente
avanzadas y en un mundo donde los medios de comunicación pueden modelar y
filtrar de manera radical la forma en que se perciben los eventos o las
experiencias. Situación que enfrenta a todos a la complejidad del mundo, que supone
el empleo de las características del saber y la sociedad postmoderna para
continuar la modernidad a través de otros medios y que reta la vida
centralizada, individual y egoísta a llevar una vida en red, colectiva y
altruista.
¿Cómo superar las crisis vividas en épocas anteriores y las que
persisten en la actualidad? ¿Cómo superar los retos no alcanzados en la
modernidad y en la postmodernidad, en la época actual que se revela
constantemente ante la realidad?
Respuesta sencilla pero profundamente complicada, a través de la
Educación.
La Educación es uno de los instrumentos fundamentales para la
construcción de la sociedad que se quiere. Entonces, ¿cómo debe ser la
Educación en la Transmodernidad? La Educación, en la Transmodernidad, debe
estar dirigida a la formación de educandos transmodernos, sometidos a los
efectos de la globalización y por tanto a la constante transformación del mundo
y las sociedades rodeados de un clima de incertidumbre constante.
La Educación formal, en el presente y para el futuro debe ser una
educación integral, con una visión holística con el reconocimiento del ser como
ente bio-psico-social, con características, historias y contextos
propios. Por tanto, una educación que promueva y se oriente
a otorgarle el justo valor a la diversidad del ser humano. Una
educación que propicie la liberación del hombre a través del conocimiento. Una educación capaz de
formar ciudadanos cultos, libres, justos, con responsabilidad social. Con
carácter obligatorio e inclusivo desde la educación preescolar hasta la
educación universitaria, de manera articulada, continua y sistemática, que
tenga que formar a todos sin distingo de edad, sexo, raza, religión, estrato
social. Una educación abierta a todos y en especial a aquellos grupo más
vulnerables y desfavorecidos que promueva la democracia y la
participación social, y a la vez enseñe
a discriminar la realidad de la fantasía o la
mentira para que al interpretar la
realidad (verdad) esta sea transformada si ha de merecerlo, que
asuma la diversidad de participantes para progresar en la diversidad de
alternativas.
La Educación en la transmodernidad, también debe ser
contextualizada, descentralizada capaz de aproximarse a la realidad, necesidad
y requerimientos de sus destinatarios. Con
un profundo conocimiento de las culturas juveniles y nuevas generaciones, con unavinculación
consciente entre la formación y el mercado productivo, partiendo desde la concepción del trabajo como instrumento de liberación e independencia. Una Educación
que enseñe a sobrevivir y sobrellevar la incertidumbre y el cúmulo de
información producto de la globalización y la invasión de las nuevas
tecnologías, así como a la vez que promueva y enseñe el uso adecuado de las
tecnologías de información y comunicación como instrumentos del conocimiento,
como medio de intercambios con otras culturas y sociedades, pero no para
adoptar una sola sino para alimentar su formación con el conocimiento y
comprensión de las diversas culturas existentes en el mundo permitiendo así la valoración de
la cultura propia o identidad. Una educación, que valore la
interconexión que existe hoy en día que hace que todo en este mundo, ya sea
real o virtual, esté relacionado.
La sociedad transmoderna supone un cambio en la educación, la
misma debe ser planteada como instrumento para el mejoramiento
de la calidad de vida de las personas, del desarrollo sustentable de
las naciones, partiendo del valor universal del respeto y valoración a la
diversidad del ser humano (en todas sus dimensiones) que posibiliten el
incremento del bienestar social e individual. Tal como dice Morín (1999):
"transformar la especie humana en verdadera humanidad se
vuelve el objetivo fundamental y global de toda educación, aspirando no sólo al
progreso sino a la supervivencia de la humanidad, la conciencia de nuestra
humanidad en esta era planetaria nos debería conducir a una solidaridad y
a una conmiseración recíproca del uno para el otro, de todos para todos. La
educación del futuro deberá aprender una ética de la comprensión
planetaria" (p.38)
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